Son los caprichos de un clima único en el mundo. Poder disfrutar de la nieve y del sol sin salir del municipio en pleno mes de febrero es un privilegio que en pocos enclaves del globo terráqueo se pueden contar. Con las últimas nevadas acaecidas en Gran Canaria (las más importantes del último lustro) han permitido dibujar un sinfín de postales para un turismo que degusta de un mayor abanico de posibilidades después de que Egipto y Túnez se cierran temporalmente al turismo. Dada la particularidad orografía de la isla redonda, conjugado con las dimensiones de San Bartolomé de Tirajana, el municipio más grande del Archipiélago ofreció a sus habitantes y visitantes de jornadas de sombrilla y tumbona combinadas de abrigo y bolas de nieve.

Desde Ayacata (uno de los puntos más elevados de este término sureño) se podría contemplar como el blanco ha cubierto durante estos últimos días la corona forestal de Gran Canaria. Desde el cruce de Ayacata, donde los camiones trabajan lanzando agua y sal a la carretera, pasando por la arena dorada de Maspalomas.

Es la nevada más copiosa de los últimos años. desde 2005 no cae nieve en cotas tan bajas. Las dos carreteras de acceso al Pozo de Las Nieves (más de 1.900 metros de altura) llegaron a cerrarse en las últimas jornadas, ante un espesor de nieve que superaba los 4 centímetros.

En breve un nuevo frente llegará a la isla, pero ya no quedará rastro de este espectacular manto. De los 20 grados que hay en la costa, se ha pasado al -1 de la cumbre. En cualquier caso, se espera que muchos grancanarios se aproximen a la cumbre para disfrutar de los últimos copos… Y si no, siempre tendrán tiempo para aprovechar de la playa.